
Discapacidad intelectual
Los Tribunales de Sucesiones intervienen en la vida de los adultos con discapacidad intelectual cuando no pueden cuidar de su salud física o seguridad ni tomar decisiones sobre dicha atención. En estos casos, los tribunales pueden designar un tutor para supervisar todos o algunos aspectos de la atención de la persona.
El tribunal designa un tutor plenario para quien requiere supervisión completa en materia de salud y seguridad. El tribunal designa un tutor limitado para quien puede realizar algunas, pero no todas, las tareas necesarias para mantener la salud y la seguridad.
El tutor decide qué programas y servicios necesita la persona. El tribunal puede autorizar al tutor a trasladar a la persona a otra residencia; inscribirla en programas educativos, vocacionales o de comportamiento; divulgar su historial médico; y buscar atención médica y dental para la persona. El tribunal puede designar como tutores a adultos, funcionarios estatales autorizados y empresas privadas sin fines de lucro, pero no a hospitales ni residencias de ancianos.
En muchos casos, el adulto con discapacidad intelectual puede administrar sus propias finanzas con la ayuda de un tutor, un familiar o una agencia que brinde servicios de apoyo. Si estos arreglos no satisfacen las necesidades de la persona y sus bienes no superan los $10,000, un tutor pleno o limitado puede solicitar al Tribunal de Sucesiones un control limitado de los ingresos y bienes de la persona, hasta un máximo de $10,000. Si los bienes superan los $10,000, podría requerirse una curatela para administrar las finanzas de la persona.
Recursos para discapacidades intelectuales
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